Un vistazo a mis orígenes.

"A veces, hay que mirar atrás no para quedarnos, sino para comprender por qué emprendimos el camino y qué nos construye."

ESTILO DE VIDA

Versátil Magazine

7/10/20253 min read

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Por Rosalba Valbuena J.

En agosto de 2022, una llamada inesperada de mi hermano cambió el rumbo de mis días: "Te vas para Cartagena con mamá". Mi primera reacción fue resistirme. Por su frágil salud, siempre evitaba llevarla lejos de casa. Sus emociones inestables, sumadas a su presión arterial, podían convertirse en una emergencia.

Además, trabajaba remotamente y no contaba con una laptop para seguir cumpliendo.

Pero, tras un dia de reflexión, entendí que mi presencia era necesaria.

Conocía bien a mamá, sabía cómo calmarla y, en el fondo, no podía negarle lo que quizás sería su último reencuentro con sus hermanos.

Ver a mi madre revivir su niñez y adolescencia me permitió aceptarla con una nueva compasión. Conecté con primos, historias, raíces. Supe que no basta con saber de dónde venimos: hay que entenderlo para no repetirlo.

Este viaje no fue solo geográfico. Fue un viaje al alma, al linaje, a lo no dicho. "Si no conoces tus orígenes, estás sujeto a repetir una historia sin saberlo". En éste maravilloso vistazo a mis orígenes, me llegó esta frase: “La gran sabiduría del después”. Se refiere a que mientras un evento ocurre no hay acción ni sabiduría. Frases que marcaron mi experiencia: “Ustedes son los más pudientes de la familia”, “Esta es la realidad” con un tono de pesar. “Chechibanear”, JJ, esforzarse para hacer algo difícil.

¿Conoces tus orígenes? ¿Sabes cuánto dolor viaja en tu sistema familiar? ¿Llevas el nombre de algún familiar y conoces su historia? ¿Sientes que buscas algo, pero no sabes qué es?

Existen herramientas para encontrar respuestas. ¡Ésta es mi historia, te invito a descubrir la tuya! Te abrazo con el alma.

Mi familia resolvió los obstáculos logísticos: pasajes, estadía y hasta la computadora. Solo quedaba el miedo. Y, ¿si algo salía mal en el vuelo? Y, ¿si no lograba volver con ella?

El viaje, sin embargo, resultó un regalo. El motivo era profundo: mi tío Juan, el mayor de la familia, viudo recientemente, ansiaba ver a mi madre luego de casi 30 años sin contacto. Al llegar, entre abrazos, reconocí rostros apenas recordados y conocí a muchos por primera vez.

Una mañana, mi tío me invitó a conversar: "Venga, le contaré de donde viene". Ahí inicio un recorrido revelador. Escuche versiones familiares que nunca imagine. Tome notas, armé el árbol genealógico, descubrí orígenes de opulencia y causas de nuestra escasez.

Comprendí patrones, heridas, silencios ... y sané.