Adlan Cruz
“Mis primeros conciertos fueron a los 12 años en el Ateneo Puertorriqueño, el Teatro Tapia y la Universidad de Puerto Rico”
Danya Santana
8/12/20242 min read
Entrevista por Danya Santana / Fotos: Valbuena Photography
Desde temprana edad, este pianista puertorriqueño mostró un talento excepcional para la música.
A los tres años, sus padres le regalaron un piano de juguete, y a los cinco, ya tocaba música clásica. “Mis primeros conciertos fueron a los 12 años en el Ateneo Puertorriqueño, el Teatro Tapia y la Universidad de Puerto Rico”, recuerda, consolidando su camino como concertista.
Continuó sus estudios en Estados Unidos y ha viajado por numerosos países. Sus maestras de la Escuela Libre de Música y el mentor Luis Ferré fueron influencias decisivas en su carrera, ayudándolo a ganar competencias. “Luis Ferré fue un mentor muy importante. Él era un concertista de piano también en su juventud y me dio muchos buenos consejos”, destaca con gratitud.
El piano fue su elección natural, aunque experimentó con otros instrumentos. “El piano ha sido el instrumento que me ha llevado y con el que me puedo expresar”, comenta. La capacidad de expresar emociones y conectar con diferentes culturas a través de la música ha sido una constante en su vida.
“Mis compositores favoritos incluyen a Beethoven, Rachmaninov, Liszt, Chopin y Debussy”, afirma de sus mayores influencias. Uno de sus recuerdos más preciados es un concierto a los 15 años como solista con la Orquesta Sinfónica Juvenil en el Teatro Tapia, algo que marcó su vida.
Además, ha participado en eventos como la celebración del Descubrimiento de América en España y conciertos benéficos en Singapur. “He representado a Puerto Rico en más de 60 países”, menciona con orgullo. Ha colaborado con orquestas y artistas de renombre internacional, y su música ha sido aclamada en todo el mundo. Sus proyectos futuros incluyen celebrar sus 30 años de carrera con una gira internacional, llevando su música a nuevos públicos.
Su legado es “una música que trasciende barreras culturales y lingüísticas”, reflexiona. Aconseja a “los jóvenes y padres apoyar y seguir las pasiones desde el principio”. Muchas personas han compartido con él que su música tiene un efecto sanador. Han mencionado que, independientemente de si es suave, rápida, interpretada con orquesta sinfónica o solo con piano, esta les proporciona una sensación de bienestar y actúa como una terapia para ellos.
Finalmente, reconoce que “la familia y la fe han sido pilares fundamentales en mi vida y carrera”, concluye, agradecido por el apoyo constante en su recorrido musical.